viernes, 3 de junio de 2016

cultura otomi conose un poco de su historia

Pueblo otomí
Hñähñú, ñacaltura otomiñhó, ñathö, ñ'yühü
Otomí


Fragmento del diseño de un quexquémitl bordado, de la Sierra Norte de Puebla, México.
Población total
646.8751
Idioma
Otomí y español
Religión
Mayoritariamente católica
Etnias relacionadas
Mazahuamatlatzincapame,jonaz

Para la lengua de este pueblo indígena mexicano, véase idioma otomí.
El otomí es un pueblo indígena que habita un territorio discontinuo en el centro de México. Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han ocupado la Altiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana.[cita requerida] Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte deGuanajuato, al oriente de Michoacán y al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de HidalgoMéxico y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la población étnica2 otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país. De ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para comprender a quienes hablan otra lengua. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de PueblaPahuatlán) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl.3
Origen del gentilicio otomí
Como ocurre con la mayor parte de los etnónimos empleados para referirse a los pueblos indígenas de México, el término otomí no es nativo del pueblo al que hace referencia.Otomí es un término de origen náhuatl que deriva de otómitl,4 palabra que en la lengua de los antiguos mexicas quiere decir quien camina con flechas,5 aunque autores comoWigberto Jiménez Moreno lo hayan traducido como flechador de pájaros.
Territorio étnico

Mapa de las naciones Chichimecas hacia 1550.
El territorio étnico6 de los otomíes ha sido históricamente el centro de México. Desde la época precolombina, los pueblos de habla otomangueana han habitado esa región y se les considera como pueblos nativos de las tierras altas mexicanas. De acuerdo con el cálculo de Duverger, es posible que los pueblos otomangueanos se hayan encontrado en Mesoamérica por lo menos desde el inicio del proceso de sedentarización, el cual tuvo lugar en el octavo milenio antes de la era cristiana.7 La ocupación otomangue del centro de México remite entonces al hecho de que las cadenas lingüísticas entre las lenguas otomangueanas se hallen más o menos intactas, de modo que los miembros lingüísticamente más cercanos de la familia se encuentre también próximos en el sentido espacial. La primera fractura del grupo otomangueano ocurrió al separarse las lenguas orientales de las lenguas occidentales. El brazo occidental está compuesto por dos grandes ramas: los pueblos de habla tlapaneco-mangueana y los de habla oto-pame. Entre estos últimos se encuentran los otomíes, asentados en el Altiplano Central mexicano junto con el resto de los pueblos que forman parte de la misma rama otomangueana —mazahuasmatlatzincastlahuicas,chichimecas jonaces y pames—.8
Los otomíes en la actualidad ocupan un territorio fragmentado que se extiende por los estados de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Tlaxcala, Puebla y Veracruz. Todos estos estados se encuentran en el corazón de la República Mexicana y concentran la mayor parte de la población del país. De acuerdo con los espacios con mayores concentraciones de población otomí, este pueblo puede agruparse en cuatro vertientes: el Valle del Mezquital, laSierra Madre Oriental, el Semidesierto queretano y el norte del estado de México. Aislados de estos grandes grupos que concentran alrededor del 80% del total de miembros de este pueblo indígena se encuentran los otomíes de Zitácuaro (Michoacán), los de Tierra Blanca (Guanajuato) y los que aún quedan en Ixtenco (Tlaxcala). Por el territorio en el que se encuentran, los otomíes viven en una intensa relación con las grandes metrópolis como la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la ciudad de PueblaToluca ySantiago de Querétaro, sitios a donde muchos de ellos han tenido que emigrar en busca de mejores oportunidades de trabajo.
Vestimenta.
Familia otomí de Michoacán, en la Muestra de Indumentaria deUruapan.
Mujeres otomíes con su vestimenta tradicional enTequisquiapan.
En cada estado la vestimenta femenina y masculina varía según las condiciones climáticas:
La vestimenta tradicional, de las mujeres del grupo otomí en el estado de México, consiste en un chincuete o enredo de lana o de manta muy amplio y largo, a manera de falda, de color blanco, azul, amarillo, negro, con líneas verdes, anaranjadas y amarillas; y una blusa de manta o de popelina de color blanco, de manga corta, con bordados de flores. Es característico de la indumentaria otomí el uso del quexquémetl, de algodón o lana en varios colores y toda la ropa es adornada con bordados de adornos florales.9
La vestimenta femenina en el estado de Tlaxcala, consiste en un chincuete de lana que suele ser de color negro, una blusa bordada con motivos florales y animales sobre el cuello y en los brazos de la blusa. Se usa el ceñidor bordado para sujetar el chincuete, el rebozo y los huaraches.

Los otomíes forman parte del grupo otomangue y de la familia lingüística otomí-pame, la cual se divide a su vez en dos grupos: por un lado los otomíes, mazahuas, matlatzincas y ocuiltecos, por otro, los pames y chichimeco-jonaz. Los otomíes se encuentran entre los más antiguos pobladores sedentarios que permanecieron en la Meseta Central. En el siglo XVI (asño 1300) los otomíes eran más importantes que los náhuatl.
Los otomíes se asentaron en diversas regiones del Altiplano Central: alrededores del Nevado de Toluca, el Norte de Toluca, en la Provincia de Xillotepec, Tula, Sierra de las Cruces (Quauhtlalpan), el Norte del Valle de México (Teotlalpan), el Valle del Mezquital, Metztitlan y Acolhuacan.
Los otomíes son de origen muy antiguo y estaban relacionados con los olmecas de Nonoalco y los Penome Chocho-Popolocas del Altiplano. En el siglo VII se les encuentra sedentarios y forman pueblos en el valle de Tula. Para el siglo VIII los otomíes se asentaron en el valle de Tula donde             
Es muy posible que los ancestros de los otomíes hayan ocupado el centro de México desde hace por lo menos cinco milenios, por lo que habrían participado en el florecimiento de las primeras urbes mesoamericanas. En la imagen, figurillas de cerámica relacionadas con el culto a la fertilidad. Proceden de Tlapacoya (estado de México). Cultura preclásica del Centro de México.
Hacia el quinto milenio antes de la era cristiana, los pueblos de habla otomangueana formaban una gran unidad. La diversificación de las lenguas y su expansión geográfica a partir del que se ha propuesto como su urheimat,11 es decir, el valle (actualmente en Puebla)12 debió ocurrir después de la domesticación de la trinidad agrícola mesoamericana, compuesta por maízfrijol y chile. Esto se establece con base en la gran cantidad de cognados que existen en las lenguas otomangueanas en el repertorio de palabras alusivas a la agricultura. Después del desarrollo de una incipiente agricultura, la proto-otomangue dio origen a dos lenguas diferenciadas que constituyen los antecedentes de los actuales grupos oriental y occidental de la familia otomangueana. Siguiendo con la evidencia lingüística, parece probable que los oto-pames —miembros de la rama occidental— hayan llegado a la Cuenca de México alrededor del cuarto milenio antes de la era cristiana y que, en contra de lo que sostienen algunos autores, no hayan migrado del norte sino del sur.
En ese sentido, es plausible que durante mucho tiempo la población del centro de México haya formado parte de la familia de pueblos hablantes de lenguas otomangueanas. A partir del Preclásico (ss. XXV a. C.-I d. C.), el grupo lingüístico otopameano se comenzó a fragmentar cada vez más, de tal manera que hacia el Período Clásico el otomí y el mazahua ya eran lenguas distintas. Si las cadenas lingüísticas del grupo otopame se encuentran concentradas y más o menos intactas8en el centro de México, es posible que los grupos otomangueanos hayan ocupado sus actuales territorios étnicos desde hace mucho tiempo, lo que llevaría a revaluar su participación en el florecimiento de poblaciones como CuicuilcoTicomán,TlatilcoTlapacoya y otras durante el Período Preclásico; pero especialmente en el desarrollo de la gran ciudad de Teotihuacan. Aunque son varios los autores que coinciden en que la población del Valle de México durante el florecimiento de Teotihuacan era principalmente otomiana, se resisten a aceptar que también los gobernantes de la metrópoli pudieron formar parte del mismo grupo lingüístico.
La caída de Teotihuacan es un hito que señala el fin del Clásico en Mesoamérica. Los cambios en las redes políticas a nivel mesoamericano, las disputas entre los pequeños estados rivales y los movimientos de población derivados por las prolongadas sequías en el norte de Mesoamérica facilitaron la llegada de nuevos pobladores al centro de México. Por esta época tiene lugar la llegada de grandes grupos de habla náhuatl que comenzaron a desplazar a los otomíes hacia el oriente. Estos llegaron entonces a laSierra Madre Oriental y a algunas zonas del valle de Puebla-Tlaxcala. En los siglos siguientes, en el territorio otomí se desarrollaron grandes estados encabezados por los pueblos nahuas. Alrededor del siglo IX, los toltecas convirtieron a Tula (Mähñem'ì en otomí) en una de las principales ciudades de Mesoamérica. Esta ciudad concentró una buena parte de la población del valle del Mezquital, de filiación otomí; aunque muchos de ellos siguieron refugiándose al sur y al oriente, en el estado de México y la Sierra Madre Oriental.
El florecimiento del estado tepaneca de Azcapotzalco en la cuenca lacustre del valle de México llevó a este pueblo a expandirse hacia el occidente, ocupando el territorio que tradicionalmente había sido ocupado por los pueblos otomí, mazahua, matlatzinca y atzinca. De este modo, los pueblos otomianos cayeron en la órbita de poder de los nahuas que habían ocupado la cuenca de México. Tras la derrota de Azcapotzalco ante la alianza de México-Tenochtitlan y Texcoco, los dominios de los tepanecas en el poniente del actual estado de México fueron asignados a Tlacopan. El territorio de los otomíes se encontraba precisamente en la zona donde confluían los dominios de los mexicas y sus aliados al oriente y de los tarascos de Michoacán al poniente. Cuando los españoles llegaron al centro de México, esta zona era habitada por diversos grupos étnicos que con frecuencia se mezclaban para formar una localidad. Es por ello que los cronistas de Indias reportaron que en Tlacopan se hablaba otomí, náhuatl, chocho, matlatzinca y mazahua. Wright Carr señala que:
Lejos de ser un pueblo dominado, los otomíes formaban parte esencial del panorama político, militar, económico y social del Centro de México.15
Conquista
Los otomíes entraron en la historia de la Conquista de México cuando los españoles llegaron a la región dominada por los tlaxcaltecas. Como se ha dicho anteriormente, los otomíes llegaron a la región de Puebla-Tlaxcala durante el período Posclásico Temprano, cuando su territorio original fue invadido por los nahuas procedentes del occidente y el norte de Mesoamérica.16 En la región del valle de Tlaxcala convivieron con los señoríos de la llamada "Señorío de Tlaxcala", una confederación dominada por tribus nahuas y opuesta a los mexicas y sus aliados. Los tlaxcaltecas eran aliados militares de los otomíes de Tecóac, a quienes se reconocía como un pueblo con grandes habilidades para la guerra. De acuerdo con el Códice Florentino los otomíes fueron atacados por los españoles:
Y cuando a Tecoac llegaron, fue en tierra de tlaxcaltecas, en donde estaban poblando sus otomíes. Pues esos otomíes les salieron al encuentro en son de guerra; con escudos les dieron la bienvenida.
Pero a los otomíes de Tecoac muy bien los arruinaron, totalmente los vencieron. Los dividieron en bandas, hubo división de grupos. Los cañonearon, los asediaron con la espada, los flecharon con sus arcos. Y no unos pocos sólo, sino todos perecieron.
Y cuando Tecoac fue derrotado, los tlaxcaltecas lo oyeron, lo supieron: se les dijo. Mucho se amedrentaron, sintieron ansias de muerte. Les sobre vino gran miedo, y de temor se llenaron.17
De acuerdo con la versión de los informantes de Sahagún, al ver la ruina de los otomíes de Tecóac los tlaxcaltecas decidieron aliarse con los españoles.
De hecho los otomies jugaron un papel muy destacado; pero poco reconocido en la Conquista de México. Luego de la derrota del ejército de Cortés en el episodio de la Noche Triste, los otomíes del pueblo de Teocalhueyacan visitaron a Cortés un día después por el rumbo de Naucalpan. En este encuentro, los españoles recibieron comida y una promesa de alianza y refugio en la zona de Teocalhueyacan. Los españoles visitaron este poblado y permanecieron en él por cerca de diez días, recomponiendo fuerzas militares y alianzas de carácter político. A instancias de este grupo de otomíes, Cortés atacó por sorpresa y masacró a los nahuas de Calacoaya el 2 de julio de 1520, aliados de la Triple Alianza y enemigos de los otomíes. Esta fue la segunda acción militar de los españoles en el Valle de México, esta vez exitosa y contando con la complicidad de los otomíes de Teocalhueyacan. Luego de recomponerse, los españoles partieron rumbo al territorio aliado de Tlaxcala; pero en el camino se enfrentaron nuevamente con los mexicas en la Batalla de Otumba. En esta ocasión salieron triunfantes y para ello debieron contar muy probablemente con la ayuda de los otomíes, tanto de Tlaxcala como de Teocalhueyacan.
Época colonial
Murales del Templo de San Miguel Arcángel en Ixmiquilpan (Hidalgo).
Los otomíes fueron cristianizados en los años siguientes a la Conquista de Tenochtitlán. Las primeras tareas de evangelización corrieron a cargo de los franciscanos, concentrados en las provincias de Mandenxhí (Xilotepec) y Mäñhemí (Tula), donde realizaron su labor entre los años de 1530 a 1541. En 1548 la orden de los agustinos aprobó la creación de los conventos de Atocpan e Ixmiquilpan. El convento de Ixmiquilpan destaca porque sus murales (realizados en la segunda mitad del siglo XVI) presentan un tema netamente indígena (el de laguerra sagrada) en un panorama de elementos relacionados con la mitología cristiana. Con la cristianización de los otomíes se inicia también el proceso de adaptación de las formas de organización política europeas, que dieron origen a la organización de las comunidades indígenas en mayordomías, que, en casos como el de los otomíes de Ixtenco (Tlaxcala) constituyen uno de los pocos elementos de identidad étnica que aún conservan. De modo paralelo a este proceso de aculturación, en otras partes del centro de México el franciscanoBernardino de Sahagún hacía indagaciones entre los pueblos nahuas. Los informantes de Sahagún expusieron el modo en que los nahuas veían a los otomíes antes de la llegada de los españoles, de los que dijeron "no carecían de policía, vivían en poblado; tenían su república".
Los frailes franciscanos levantaron un gran convento, el de Corpus Christi en Tlalnepantla en 1550 y en una de sus puertas laterales llamada porciúncula se lee que fue construido por igual por los pueblos locales nahuas y otomíes ahora cristianizados y sometidos por igual a la corona española. Este convento fue edificado en un sitio que quedaba a mitad de camino entre los dos grandes poblados de Tenayuca(mexica) y Teocalhueyacan (otomí). El teocalli de Tenayuca sobrevive hasta nuestros días; pero el de Teocalhueyacan no. Dado que se sabe que las piedras aportadas para la construcción por los otomíes eran de color gris, es posible que estas sean justamente las piedras del desaparecido teocalli de Teocalhueyacan, paradójicamente los de Teocalhueyacan fueron unos de los primeros aliados de Cortés en el Valle de México.
Durante la Colonia, los frailes hicieron una gran labor de investigación sobre las culturas y las lenguas indígenas. Sin embargo, en comparación con el caso de los pueblos de habla náhuatl, los documentos producidos acerca de los otomíes son realmente pocos. Luis de Neve y Molina publicó en 1797 unas Reglas de orthographia, diccionario, y arte del idioma othomí, que fueron redescubiertas en 1989. Este documento se suma a otros manuscritos que fueron producidos con antelación en el centro de México. Quizá el más conocido de ellos sea el Códice de Huamantla, que fue realizado en la región de Tlaxcala en el siglo XVI y habla sobre la historia de los otomíes desde la época prehispánica hasta la Conquista. Otro documento de igual importancia es el Códice de Huichapan, procedente del valle del Mezquital y realizado por el otomí Juan de San Francisco a final del siglo XVI.20
El arribo de los españoles a Mesoamérica significó el sometimiento de los pueblos indígenas al dominio de los recién llegados. Hacia la década de 1530, todas las comunidades otomíes del Valle del Mezquital y la Barranca de Meztitlán habían sido repartidas en encomiendas. Posteriormente, al modificarse la legislación española, aparecieron las llamadas repúblicas de indios, sistemas de organización política que permitieron cierta autonomía de las comunidades otomíes con respecto a las poblaciones hispano-mestizas. La creación de estas repúblicas de indios, el fortalecimiento de los cabildos indígenas y el reconocimiento de la posesión de las tierras comunales por parte del Estado español fueron elementos que permitieron a los otomíes conservar su lengua y, hasta cierto punto, su cultura indígena. Sin embargo, especialmente en lo que respecta a la posesión de la tierra, las comunidades indígenas padecieron despojos a lo largo de los tres siglos de colonización española.21
Al mismo tiempo que los españoles iban ocupando los antiguos asentamientos otomíes —como es el caso de la actual ciudad de Salamanca (Guanajuato), fundada en el asentamiento otomí de Xidóo ("Lugar de tepetates") en 1603 por decreto de Gaspar de Zúñiga y Acevedo, virrey de Nueva España22 —, algunas familias otomíes fueron obligadas a acompañar a los españoles en la conquista de los territorios al norte de Mesoamérica, ocupados por los belicosos pueblos aridoamericanos. Fueron colonizadores los otomíes que se asentaron en ciudades como San Miguel el Grande y otras ciudades de El Bajío. De hecho, el proceso de colonización de este territorio fue esencialmente obra de los otomíes, teniendo como punta de lanza el señorío de Xilotepec. En El Bajío los otomíes sirvieron como puente para la sedentarización y cristianización de los pueblos nómadas, que terminaron siendo asimilados o exterminados por la fuerza. La importancia de El Bajío en la economía de la Nueva España le convirtió en un escenario donde confluyeron posteriormente distintos grupos étnicos, incluidos los migrantes tlaxcaltecas, los purépechas y los españoles, que finalmente terminarían por sobreponerse a todos los grupos indígenas que les apoyaron en la conquista de este territorio que había sido el hábitat de numerosos pueblos clasificados como chichimeca. Sin embargo, hasta el siglo XIX, la población otomí en El Bajío era todavía un componente principal, y algunos de sus descendientes permanecen en municipios como Tierra Blanca, San José Iturbide y San Miguel de Allende.23 Los movimientos de la población otomí continuaron a lo largo de toda la época colonial. Por ejemplo, en San Luis Potosí, un total de 35 familias otomíes fueron llevadas a la fuerza para ocupar la periferia de la ciudad y defenderla de los ataques de los indígenas nómadas de la región en 1711.24 En varios lugares, la población otomí fue diezmada no sólo por las migraciones forzadas o consentidas, sino por las constantes epidemias que padecieron los indígenas mesoamericanos tras la Conquista. Numerosas comunidades fueron arrasadas entre los siglos XVI y XVIII a causa de las enfermedades.25
La sumisión al dominio español por parte de los otomíes no fue nunca total. Durante el siglo XVII se sucedieron un gran número de conflictos originados por las diferencias entre españoles e indígenas. En Querétaro —cuya población otomí había sido asimilada o relegada de las tierras de mejor calidad por el empuje de la españolización del Bajío— hubo una rebelión en 1735 en la capital de la provincia originada por la escasez de granos para la población. Posteriormente, entre 1767 y 1785, los otomíes de Tolimán se lanzaron contra las haciendas vecinas que habían despojado a la comunidad indígena de sus terrenos. La tensión originada por la reocupación de las tierras que los hacendados habían obtenido mediante la invasión de las tierras de las comunidades desembocó en un nuevo conflicto en la región de Tolimán en 1806. Para poner fin a la disputa, fue necesario que el Corregidor de Querétaro interviniera y pusiera en prisión a los líderes de la rebelión. Sin embargo, sólo dos años más tarde la violencia volvió a estallar en Tolimán, y los indígenas ocuparon nuevamente las tierras de que habían sido despojados.26
Siglos XIX y XX

Otomíes de Tequixquiac, año de 1895
.

Venta de artesanía otomí en El Arenal (Hidalgo).
En general, los indígenas de México permanecieron indiferentes a la Guerra de Independencia, sin embargo, en el valle del Mezquital varios insurgentes consiguieron aliarse con los grupos otomníes de la zona, que veían en la rebelión una manera de deshacerse del dominio de los criollos y peninsulares, quienes se habían apropiado de grandes extensiones de tierra en el valle y otras zonas del actual estado de Hidalgo donde los otomíes estaban asentados. Eran otomíes quienes apoyaron a Julián Villagrán y a José Francisco Osorio, que controlaron el norte de la intendencia de México durante varios años al principio de la guerra. Al finalizar la guerra, el país se vio envuelto en una serie de rebeliones internas que también arrastraron a los pueblos indígenas. Las reformas liberales de los gobiernos deValentín Gómez Farías y Benito Juárez ocasionaron la pérdida de la personalidad jurídica que habían tenido las comunidades indígenas durante la Colonia. La aplicación de las leyes de desamortización de la tierra provocaron un conflicto agrario en el norte del estado de México —correspondiente en la actualidad al territorio de Hidalgo— desde Huejutla hasta Meztitlán, protagonizado por las comunidades otomíes y nahuas que se vieron despojadas de sus tierras.
Muchos afirman que dentro de la historia de México, los otomíes son los grandes olvidados aunque en los lugares que poblaron grandes ciudades fueron erigidas como Teotihuacán, Tula y Cuicuilco. Una de las razones que más se esgrimen para justificar este hecho es que los otomíes conforman un grupo muy heterogéneo y resulta realmente dificultoso determinar qué aportaciones realizó cada uno.
Se sabe con certeza que hacia el año 5000 a.C. los otomíes ya estaban asentados en el territorio mesoamericano y que hasta el año 8.000 a.C. compartieron una misma lengua. Es precisamente cuando logran dominar la agricultura cuando comienzan su expansión geográfica y surgen los primeros cambios en la lengua. Esto se lo pudo deducir del hecho que los diferentes dialectos otomíes presentan gran cantidad de palabras en común que hacen referencia a términos agrícolas.
Ya en el período Preclásico (siglos XXV a.C. a I d.C.) cuando la lengua otomí se divide de manera total.
La expansión hacia el orienta se inicia con un hecho muy señalado dentro de la historia de México y que de hecho, marcó el fin del período clásico: la caída de Teotihuacán. En esas épocas, como consecuencia de las grandes sequías que se produjeron en la región muchos pueblos emigran hacia la zona central de México y desplazan a los otomíes quienes se dirigieron hacia el Valle de Puebla Tlaxcala y a la Sierra Madre Oriental.
Con el pasar de los siglos, dentro del territorio otomí nacieron estados muy importantes que se encontraban liderados por pueblos nahuas. Un ejemplo de ello, es la ciudad de Tula que estaba dominada por toltecas pero su población estaba compuesta en un porcentaje importante por otomíes.


Época de la conquista

Los otomíes se convirtieron en grandes aliados de los españoles luego de la batalla conocida como la Noche Triste. Sus guerreros fueron importantes para la derrota definitiva de los nahuas.
Posteriormente los otomíes fueron cristianizados por monjes franciscanos que se asentaron en los territorios de Mandenxhí y Mañhemi (Tula). También absorbieron influencias de orden político y social.
Durante la época de la colonia no se realizaron muchas acerca de la lengua y cultura otomí siendo el códice de Huamantla la única fuente de datos que existe sobre esta etnia. Otro códice importante es el de Huichapan.

Cultura otomí

Un oficio en el cual se destacaron fue en el arte de tejer. En cuanto a obras arquitectónicas o trabajos en piedras o cerámicas no llegaron hasta el día de hoy vestigios de estos.

Idioma otomí
Otomí
Hñähñu, Ñätho, Ñäñho, Ñ'yühü, Hñotho, Hñähü, Hñätho, Yųhų, Yųhmų, Ñųhų, Ñǫthǫ, Ñañhų
Hablado en
 México
Región
Estado de MéxicoHidalgo,QuerétaroGuanajuatoPuebla,Distrito FederalTlaxcalaVeracruz,Michoacán, y San Luis Potosí.
Hablantes
327.319
Nativos[mostrar]
Otros[mostrar]
Puesto
No en los 100 mayores(Ethnologue, 2013)
Familia
Lenguas otomangue
 Otomangueanas occidentales
  Oto-pame
   Idioma otomí
Estatus oficial
Oficial en
En México tiene reconocimiento como lengua nacional [2]
Regulado por
SEP







El idioma otomí es una lengua indígena de México, hablada por un grupo ampliamente conocido como otomí (los indígenas otomíes del Valle del Mezquital también la denominan hñähñú en su propia lengua). El otomí es una lengua mesoamericana y muestra varios de los rasgos característicos del área lingüística mesoamericana. Según la Ley de Derechos Lingüísticos de México, el otomí es reconocido como una lengua nacional, junto a otros sesenta y dos idiomas indígenas y el idioma español. De derecho, tiene la misma validez teórica en el país.1 Por su número de hablantes, el otomí es la séptima lengua indígena más hablada en México, después del náhuatl, el maya yucateco, el zapoteco, el mixteco, el tzotzil y el tzeltal; sin embargo, este dato es solamente indicativo, pues en realidad “idioma otomí” debe tomarse como “familia de lenguas otomíes”, ya que existen muchas variantes.
Índice
  
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Hablantes[
La lengua otomí (hñahñü) es hablada por 291.722 (17.212 [5.9%] monolingües) según el XII Censo General de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de México, repartidas en varios Estados: HidalgoDistrito FederalVeracruzQuerétaroPueblaYucatánMichoacánTlaxcalaGuanajuatoSan Luis PotosíCampecheQuintana Roo,Morelos y Estado de México.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), sólo el 50,6% de la población otomí habla su lengua propia. En el año 1995, esta proporción correspondía a un total de 327.319 hablantes de las lenguas otomíes en toda la República Mexicana.2 El cálculo anterior corresponde a un cálculo de la CDI en el que se pretende incluir a los menores de cinco años que hablan otomí, que en los conteos de población mexicanos no son contemplados. De acuerdo con el I Conteo de Población de 1995, los hablantes de otomí mayores de cinco años sumaban 283.263 individuos, lo que representa una pérdida de 22.927 hablantes en comparación con el Censo de Población y Vivienda de 1980, cuando se registraron 306.190 hablantes de lenguas otomíes.3
Variantes
El otomí es, en realidad, un complejo de lenguas, cuyo número varía de acuerdo con las fuentes consultadas. De acuerdo con el Ethnologue del Instituto Lingüístico de Verano, y con el Catálogo de lenguas indígenas del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) de México, son nueve las variedades de otomí, pero se desconoce el rigor de la metodología seguida para concluir con este dato.4 David Charles Wright Carr propone que son cuatro las lenguas otomíes, aunque en su libro, Yolanda Lastra (2001) presenta datos de muchas más variantes y en realidad el tema no está resuelto todavía. Para ello se necesita de un proyecto dialectológico serio para determinar cuántas variantes se hablan. Variedades más habladas son: otomí de la Sierra o yühü en HidalgoPueblaVeracruz, otomí de Texcatepec en Veracruz de Ignacio de la Llave, otomí del Valle del Mezquital o hñähñu en el Hidalgo, otomí de Tulancingo también en Hidalgo, otomí del Estado de México o ñätho en el Estado de México, y otomí de Querétaro y Guanajuato enQuerétaro Arteaga, que es muy probable que sean dos variantes, la de Santiago Mexquititlán o hñäñho y la de San Ildefonso Tultepec o hñöñhö. También se hablan lenguas otomíes en menor medida en Guanajuato, relacionado con el de Querétaro, otomí occidental en Michoacán, relacionado con alguna variante del Estado de México, y otras en peligro de extinción como el otomí de Tlaxcala en Tlaxcala o yühü, y el otomí de Tilapa y Acazulco en el Estado de México o ñühü. En el idioma otomí existen 3 variantes principales, que son las del estado de Querétaro, Hidalgo y Toluca; ejemplos: persona = jōì´i (Qro.), persona = jä´i (Hgo.) y persona = khöikal
Lista de variantes de otomí
Extensión aproximada del otomí a principios del siglo XX.
Extensión actual del otomí a principios del siglo XXI.
Todas las variantes modernas de otomí son el resultado de la evolución histórica del proto-otomí, lengua no directamente testimoniada, y sólo accesible como resultado de reconstrucción lingüística a partir de las variedades modernas. Las variedades modernas descritas son las siguientes:
Número aproximado de hablantes de todas las variedades: ~212,000
Variante
Lugar
Autoglotónimo
Código
ISO
Número de hablantes
Otomí de las tierras altas
HidalgoPueblaVeracruz
Yųhų5 / Yũhũ
otm
20 000
Otomí de Mezquital
Valle del Mezquital (Hidalgo), y 100 en Carolina del Norte, 230 en Oklahoma y 270 en Texas EUA
Hñahñu6
ote
100 000
Otomí del Estado de México
N. Estado de MéxicoSan Felipe Santiago
Hñatho, Hñotho7
ots
10 000
Otomí de Tlaxcala
TlaxcalaSan Juan Bautista Ixtenco
Yųhmų8 / Yũhmũ
otz
736
Otomí de Texcatepec
NW. Veracruz: Texcatepec, Ayotuxtla, Zontecomatlán Municipio: Hueytepec, Amajac, Tzicatlán.
Ñųhų9 / Ñũhũ
otx
12 000
Otomí de Querétaro
Querétaro: Amealco Municipio: towns of San Ildefonso, Santiago Mexquititlán; Acambay Municipio; Tolimán Municipio. Y algunos más en Guanajuato.
Hñohño, Ñañhų/Ñañhũ, Hñąñho/Hñãañho, Ñǫthǫ10 /Ñõthõ*
otq
33 000
Otomí de Tenango
HidalgoPueblaSan Nicolás Tenango
Ñųhų11 / Ñũhũ
otn
10 000
Otomí de Tilapa
Pueblo de Santiago Tilapa entre México, D. F. y Toluca,Estado de México
Ñųhų12 / Ñũhũ
otl
100
Otomí de Temoaya
Temoaya Municipio, Estado de México
Ñatho13
ott
37 000
Situación actual de la lengua[
La población hablante de las lenguas otomíes ha disminuido en los últimos años. En cierta forma, esta reducción de los hablantes de otomí se debe a la migración desde las comunidades de origen y ua la urbanización de su territorio étnico, que les impone la necesidad de convivir con una población exclusivamente hispanófona en su mayoría. La contracción de la comunidad lingüística otomí también es resultado de los procesos de castellanización a que han sido sometidos todos los pueblos indígenas de México. La castellanización de los indígenas en México se ha entendido por mucho tiempo como un proceso sustractivo, es decir, que implica la renuncia al uso de la lengua materna para poder obtener competencia lingüística en la lengua española.14 La castellanización de los indígenas se presentó como una alternativa para integrar a los indígenas a la cultura nacional mexicana y para mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, los programas de educación indígena en lengua española han sido desacreditados por los críticos porque implican, por una parte, la pérdida de la lengua nativa y, por otro lado, no han servido para mejorar la calidad de vida de las comunidades indígenas.15
Presencia en los medios
No existen medios escritos en otomí, como periódicos o revistas con una periodicidad apreciable, salvo comunicaciones esporádicas, programas y libros de escasa tirada. LaSecretaría de Educación Pública mexicana, a través de la Comisión Nacional de Libros Gratuitos, publica libros en varios dialectos otomíes para la enseñanza primaria[3]. No hay presencia del otomí en las televisiones locales, pero sí en las emisoras de radio de la CDI XETUMI-AM [4], que transmite desde Tuxpan, Michoacán y XECARH-AM con sede en Cardonal (municipio)Estado de Hidalgo.
Descripción lingüística[
Clasificación[
Las lenguas otomíes forman parte de la oto-pame de la familia lingüística otomangueana; también llamadas "lenguas otomangues", que es una de las más antiguas y diversas del área mesoamericana. De entre las más de cien lenguas otomangueanas que sobreviven en la actualidad, las lenguas otomíes tienen su pariente más cercano en el idioma mazahua, también hablado en el noroeste y el poniente del estado de México. Algunos análisis glotocronológicos aplicados a las lenguas otomíes señalan que el otomí se separó del idioma mazahua alrededor del siglo VIII de la era cristiana. Desde entonces, el otomí se ha fragmentado en las lenguas que se conocen actualmente.16
Los parientes actuales más cercanos del idioma otomí son el mazahua, el matlatzinca y el tlahuica. Estas lenguas forman el grupo otomiano de la rama otopame de la familialingüística otomangueana.
Los hablantes otomíes se movieron tras la conquista hacia tierras marginales que otros indios habían abandonado y que los españoles habían ignorado. Las fuentes etnohistóricas nos dicen que la lengua otomí fue hablada en el Estado de Jalisco en el siglo XVI, aunque al no quedar datos lingüísticos de esa fecha en esa región, no podemos saber si el otomí era tal y como ahora lo conocemos.
Fonología
El otomí es una lengua tonal, todas las variantes presentan al menos tres tonos generalizados (bajo, alto, ascendente) que pueden variar según el dialecto. Por ejemplo el otomí de la Sierra parece tener cuatro tonos, agregando a los anteriores un tono descendente. El repertorio de fonemas consonánticos es medio-bajo, con unos 19 fonemas(dependiendo este número de la variante). Algunas variantes, como la del valle del Mezquital, no tienen [s] teniendo en su lugar [θ]. El número de vocales, por el contrario, puede llegar a 14, con oposiciones abiertas-cerradas y nasales-orales pero no de cantidad vocálica. Para el proto-otomí el número de consonantes parece haber sido de 16 y el número de vocales de 14.
Las variantes de otomí difieren ligerísimamente en sus inventarios fonológicos y en los detalles fonéticos, por ejemplo, en la variante del Valle de Mezquital (Hñähñu) el inventario consonántico viene dado por:
Bilabial
Alveolar
Palatal
Velar
Glotal
Nasal
m
n
Oclusiva
p
b
t
d
k
g
ʔ
Fricativa
ɸ
θ
ʃ
x
h
Africada
ʦ
ʣ
Líquida
ɾ
Aproximante
j
w
Además en otomí los fonemas alveolares /t, d; ʦ, ʣ/ presentan alófonos prenasalizados [ⁿt, ⁿd; ⁿʦ, ⁿʣ] cuando a la palabra se le añade un prefijo.17
En la variante de San Andrés Cuexocontitlan (Otomí de Temoaya, estado de México) el inventario es ligeramente diferente:18
Bilabial
Alveolar
Palatal
Velar
Glotal
Nasal
m
n
ñ
Oclusiva
p
b
t
d
k
g
ʔ
Fricativa
ɸ
s
z
ʃ
ʒ
x
h
Africada
ʦ
ʧ
Líquida
l, ɾ
Aproximante
j
w
En esta variante /ʦ/ tiene alófonos sordos y sonoros ([ʦ, ʣ]) dependiendo de la posición, pero esa diferencia no representa un contraste fonológico real. De la misma manera los fonemas /b, d, g/ tienen tanto alófonos oclusivos [b, d, g] tras nasal, tienen alófonos fricativos [β, ð, ɣ], y /ñ/ puede tener a [n] como alófono ante /i/.
En cuanto al inventario de consonantes, la variante del Valle de Mezquital posee las siguientes vocales:
Vocal oral
Vocal nasal
Anterior
Central
Posterior
Anterior
Central
Posterior
Cerrada
i
ʉ
u
ĩ
ũ
Semicerrada
e
ø
õ
Media
ɛ
ɔ
ɛ̃
Abierta
ɑ
ɑ̃
La variante de Cuexcontitlán posee las siguientes vocales:19
Vocal Oral
Vocal Nasal
Anterior
Central
Posterior
Anterior
Central
Posterior
Cerrada
i
ɨ
u
ĩ
ũ
Media
e
ə
o
Abierta
ɛ
ɑ
ɔ
ɑ̃
Cambios fonéticos[editar]
Existe una gran cantidad de cambios fonéticos que sólo se dan en algunas variantes y no en otras, lo cual permite dividir el dominio otomí en regiones. J. Soustelle (1937) clasifica las variantes de otomí en 6 grupos (I, II, III, IV, V y VI). Más recientemente Y. Lastra encuentra recurrentemente una división entre el norte frente al sur y este. Esto coincide con los registros históricos gracias a los cuales se sabe que Guanajuato y Querétaro se poblaron desde Jilotepec. Tal vez esto sea reflejo de una época prehispánica en la que podrían haber existido un área dialectal meridional cuyo núcleo estaría en el valle de Toluca y otra septentrional centrada en la región de Tula. Parece que la zona más conservadora es la zona este, seguida del área de Acazulco y Tilapa20 Entre los cambios más frecuentes tenemos:
El área norte y central ha sonorizado algunas oclusivas que se conservan como sordas en el sur y el este, en el resto del dominio *t- > d-. En Tilapa y Acazulco, así como algunos hablanes de Santa Ana, usan todavía /t-/ para lo que la mayoría de dialectos es /d/ en la palbra /déhé/ 'agua' y /dɔ ~ da/ 'ojo'.
La secuencia *mp evolucionó es actualmente mb en el este y ʔm en la mayor parte del dominio, la secuencia de cambios habría sido /mp/ > /mb/ > /ʔm/.
Ortografía[
La ortografía del otomí está estandarizada y la emplean muchas personas. No obstante, debido a la poca formación en la escritura de los hablantes nativos y a que las convenciones difieren en cuanto a área dialectal, muchos hablantes tienen la impresión de que el otomí no se escribe de forma convencional y alguno de ellos da versiones personales e idiosincrásicas. La principal dificultad radica en la expresión del tono, que algunas variedades representan con tildes de diferente valor (como el vietnamita o la grafía pinyin para el chino), macrones sobre o bajo la vocal o con números en superíndice. Una notación común para el tono ejemplificado con la vocal a es:
tono alto á (tilde aguda)
tono bajo a (ninguna señal adicional)
tono ascendente ǎ (circunflejo invertido)
La nasalización de las vocales también interfiere en la representación del tono como tilde, algunos autores emplean para la vocal a el signo ã más las tildes anteriores, y otros usan para las nasales la notación americanista ą que permite añadir en la parte superior el tono mediante algún tipo de tilde.
Gramática[editar]
Desde el punto de vista sintáctico el otomí suele colocar el núcleo sintáctico en posición inicial, por lo que presenta orden sintáctico VSO (y frecuentemente también SVO), usa preposiciones (a diferencia de las lenguas utoaztecas de México que usan postposiciones) y usa en mayor medida prefijos que sufijos. Morfológicamente es una lengua flexivafusionante, tanto la flexión verbal como la nominal se realizan preferentemente mediante prefijos (en el verbo además existen sufijos o enclíticos que concuerdan con el objeto).

Anuncio de bienvenida a Ixmiquilpan (Hidalgo), con una leyenda en otomí que dice Hogä ehe Nts'utk'ani ("Bienvenidos a Ixmiquilpan"). En el Valle del Mezquital —del que Ixmiquilpan es una de las poblaciones más importante— viven una gran parte de los hablantes de otomí en la actualidad.
Artículo principal: Idioma otomí
Las lenguas otomíes forman parte de la familia lingüística otomangueana, una de las más antiguas y diversas del área mesoamericana. De entre las más de cien lenguas otomangueanas que sobreviven en la actualidad, las lenguas otomíes tienen su pariente más cercano en el idioma mazahua, también hablado en el noroeste y el poniente del estado de México. Algunos análisis glotocronológicos aplicados a las lenguas otomíes señalan que el otomí se separó del idioma mazahuaalrededor del siglo VIII de la era cristiana. Desde entonces, el otomí se fragmentó en las lenguas que se conocen actualmente.28
La lengua nativa de los otomíes es el idioma otomí. En realidad, se trata de un complejo de lenguas, cuyo número varía de acuerdo con las fuentes consultadas. De acuerdo con el Ethnologue del Instituto Lingüístico de Verano, y con el Catálogo de lenguas indígenas del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) de México, son nueve las variedades de otomí.29 David Charles Wright Carr propone que son cuatro las lenguas otomíes. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México (CDI), sólo el 50,6% de la población otomí habla la lengua nativa de este grupo. En el año 1995, esta proporción correspondía a un total de 327.319 hablantes de las lenguas otomíes en toda la República Mexicana.30 El cálculo anterior corresponde a un cálculo de la CDI en el que se pretende incluir a los menores de cinco años que hablan otomí, que en los conteos de población mexicanos no son contemplados. De acuerdo con el I Conteo de Población de 1995, los hablantes de otomí mayores de cinco años sumaban 283.263 individuos, lo que representa una pérdida de 22.927 hablantes en comparación con el Censo de Población y Vivienda de 1980, cuando se registraron 306.190 hablantes de lenguas otomíes.31
La población hablante de las lenguas otomíes ha disminuido en los últimos años. En cierta forma, esta reducción de los hablantes de otomí se debe a la migración desde las comunidades de origen y a la urbanización de su territorio étnico, que les impone la necesidad de convivir con una población exclusivamente hispanófona en su mayoría. La contracción de la comunidad lingüística otomí también es resultado de los procesos de castellanización a que han sido sometidos todos los pueblos indígenas de México. La castellanización de los indígenas en México se ha entendido por mucho tiempo como un proceso sustractivo, es decir, que implica la renuncia al uso de la lengua materna para poder obtener competencia lingüística en la lengua española. La castellanización de los indígenas se presentó como una alternativa para integrar a los indígenas a la cultura nacional mexicana y para mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, los programas de educación indígena en lengua española han sido desacreditados por los críticos porque implican, por una parte, la pérdida de la lengua nativa y, por otro lado, no han servido para mejorar la calidad de vida de las comunidades indígenas.
Símbolos
La bandera del pueblo nhäñhu.
La bandera otomí surge como un símbolo de unión e identidad con todos los nhäñhu, buscando al mismo tiempo la organización y lucha de los pueblos contra las nuevas formas de dominio y explotación que agreden constantemente a las comunidades indígenas y en general a toda la cultura. en Temoaya, municipio del estado de México, en diciembre de 2013 surgió la bandera como símbolo de la nación otomí.

La zona central de México es el lugar en donde se asentaron los otomíes. En la actualidad se encuentran en los estados de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Puebla y Veracruz.
Los otomíes son considerados el pueblo original de las tierras altas de México. Los hallazgos arqueológicos indican que se asentaron cerca del año 8.000 a.C.
Este pueblo presentó una gran división en cuanto al uso de la lengua. De este modo, en la zona del Altiplano Central se habla la vertiente oto Pame (a esta rama pertenecen, mazahuas,chichimecas, pames, matlatzincas y tlahuicas) mientras que el resto utiliza el tlapaneco mangueada.
Cada grupo de otomíes presenta un propio vocablo para autodenominarse: hñahñu en el valle Mezquital, ñatho en Toluca, ñ’yuhu en la Sierra Norte de pueblo y ñañho en Mezquititlán.



Origen de la palabra otomí

En la historia de México es común que se conozcan a los diversos pueblos no cómo estos se autodenominan/autodenominaron sino por el vocablo utilizado por pueblos más poderosos para referirse a ellos.
El término otomí desciende del náhuatl y significa “quien camina con flechas” o “flechador de pájaros”. 



UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Se asentaron en la región central desde principios del siglo XVI. Actualmente se localizan en una gran porción del territorio estatal, también se les encuentra en el Valle de México o en el Valle de Toluca; sin embargo, su mayor concentración se tiene en el centro-norte de la entidad, hasta los límites con los estados de Hidalgo y Querétaro, la excepción es el municipio de Amanalco, localizado hacia el sur del Estado.
El pueblo Otomí o Hñähñu es el segundo en el Estado por el tamaño de su población, al contar en el 2000 con 86,006 personas que declararon hablar la lengua; de éstos 40,750 fueron hombres y 45,256 mujeres.
De los municipios donde se asienta el pueblo Otomí, siete son de alta marginación: Aculco, Acambay, Chapa de Mota, Villa del Carbón, Morelos, Temoaya y Amanalco. Cinco son de marginación media: Jilotepec, Soyaniquilpan, Timilpan, Jiquipilco y Otzolotepec. Seis son de baja marginación: Xonacatlán, Zinacantepec, Lerma, Ocoyoacac, Tianguistenco y Capulhuác; y dos son de muy baja marginación: Toluca y Metepec.

SERVICIOS CON QUE CUENTA EL PUEBLO OTOMÍ
En materia de educación, la población Otomí también se enfrenta a dificultades para concluir la educación primaria y la secundaria,–cuyo origen se debe a causas de carácter social y económico– lo cual reduce el número de jóvenes que continúan sus estudios en los otros niveles educativos posteriores.
Los asentamientos humanos del pueblo Otomí, al igual que los mazahuas, se presentan de manera semidispersa, lo que dificulta su acceso a los servicios públicos, por lo costoso de su introducción, razón por la cual existen graves deficiencias en agua, drenaje, electrificación y servicios de salud.
En el año 2000 de las 404 comunidades con 10 y más hablantes de lengua Otomí, 13 registraron hasta un 100% en déficit de drenaje, 11 en agua entubada y 3 en energía eléctrica, sin embargo, la gran mayoría de ellas necesitan ampliación, mantenimiento y/o rehabilitación de estos servicios.
El  vestido de la mujer Otomí, consiste en un chincuete o “enredo” de lana muy amplio y largo de color azul marino o negro, con líneas verdes, anaranjadas y amarillas; y una blusa de popelina de color blanco, manga corta con bordados en motivos florales, faunísticos o geométricos, o bien una combinación de ellos. Es característico de la indumentaria Otomí el uso del quexquémetl, que puede ser de algodón, lana o artisela en varios colores.
En la organización social del pueblo Otomí se han conservado formas y autoridades tradicionales, que le han permitido conservar la unidad social de sus comunidades y también preservar su identidad cultural. En los aspectos religiosos destacan los cargos de mayordomos, fiscales, cargueros, topiles, rezanderos y cantores, entre otros, que tienen una gran importancia en la vida cotidiana de cada comunidad.
Si bien la religión está influida por el catolicismo, subsiste en algunas localidades, sobre todo en las más aisladas, un sustrato más tradicional particularmente en lo que se refiere al culto a los muertos; la creencia en el nagualismo; y la causalidad de las enfermedades y su curación.
En los otomíes el matrimonio fue de carácter endogámico, concertado entre los padres de los contrayentes, a través del patrón de petición de la novia y entrega de regalos a su familia hasta lograr su consentimiento. En la actualidad, las más de las veces, el matrimonio se da por elección propia y cuando ocurre dentro de la localidad, el novio suele prestar su servicio prematrimonial en la casa de los padres de su futura esposa.
En el ámbito cultural, la familia, la música, la danza, la tradición oral, el sistema de cargos para la organización de las principales festividades religiosas de la comunidad, el rito, el culto religioso, y más recientemente a través de su Centro Ceremonial Otomí han sido elementos fundamentales para la expresión, conservación y preservación de la identidad y personalidad de este pueblo indígena del Estado, poseedor de un amplio patrimonio cultural e histórico

VESTIMENTA – CULTURA OTOMIE
.
En la Vestimenta de las Mujeres Otomíes, llevan una falda de lana o chicuete el color depende de la región como esel color negro,guinda o azul, usan una blusa hecha de manta con bordados que se distingue por un cuello alto.
El Quechqumitl de lana antiguo no estaba bordado y el uso de los sombreros de palma se utilizado en ciertas poblaciones otomiesen la región del norte del estado de México es donde se ve su uso y principalmente en las mujeres.
La Vestimenta en los Hombres han cambiado por ropa que venden en sus localidades y a veces los hombres viejos y jóvenes usanuna camisa hecha de manta bordada con que participan en fiestas y danza, el bordado de la camisa se hallan en la celda, los lados del pecho y en los puños de las mangas.
En Temporada de frió los hombres usan los gabanes, en donde se puede apreciar colores y dibujos muy variados,como los colores blanco y azul en la antiguedad en los gabanes.
Chincuete o enredo de lana o de manta, amplio y largo, a manera de falda, de color blanco, azul, amarillo, negro, con líneas verdes, anaranjadas y amarillas; y una blusa de manta o de popelina de color blanco, de manga corta, con bordados de flores
Tradicional de las mujeres otomís en el estado de México. Toda la ropa es decorada con adornos florales. Es característico el uso del quexquémetl, de algodón o lana en varios colores







ACTIVIDAD ECONÓMICA

El cultivo del maíz es la principal actividad económica
Crian vacas, cerdos, ovejas y caballos Especies menores como pollos y conejos para autoconsumo o para la venta
Se dedican a la producción y comercialización de artesanías y productos útiles para el trabajo doméstico

La actividad agrícola, particularmente el cultivo de maíz, constituye la principal actividad económica de los Otomíes; quienes, además, crían ovejas, cerdos, vacas, caballos y especies menores como pollos y conejos, entre otros, ya sea para autoconsumo o para la venta, sin que ello les genere ingresos económicos suficientes. En diversos municipios los Otomíes se dedican también a la producción y comercialización de artesanías y otros productos útiles para el trabajo doméstico.
En las temporadas "libres" del ciclo agrícola, los hombres y mujeres Otomíes emigran hacia las zonas metropolitanas de las ciudades de Toluca y México, con objeto de emplearse en el sector secundario o terciario de la economía a fin de complementar sus ingresos. Las mujeres generalmente se emplean como trabajadoras domésticas.
OTRAS COSAS
Los molcajetes y metates de piedra negra se elaboran en San Pedro de los Metates, municipio de Acambay. Desde los años ancestrales se viene impulsando la producción de artesanías
En Otzolotepec se producen fajas, manteles y servilletas tejidas a mano, Tapetes de lana, los cuales son fabricados por las mujeres otomíes del municipio de Temoaya. En la comunidad de Pueblo Nuevo, del mismo municipio, se hacen bolsas de paja de trigo, sombreros, canastas y sillas de tule. En Xonacatlán sobresalen los textiles elaborados en telares de cintura. En algunas localidades de Toluca se hacen piezas de alfarería y ayates de fibra de maguey















ALIMENTOS
Mango, naranja, lima, limón, ciruelo, mamey, uva…Gallinas, patos, palomas, cerdo…camarón, carpas, mojarras


TRADICIONES
Persisten ciertas costumbres que hablan del espíritu tradicional de la población. Son prácticas que afloran en momentos cruciales de la vida, en los usos cotidianos o en los festejos. Entre los grupos otomíes, se conservan con gran fuerza las costumbres relacionadas con el "moshte" (ayuda durante la época de cosechas, algún festejo familiar, o un velorio), el trueque y la celebración del "día de muertos".
Día de muertos.- Se celebra con la preparación de un altar con ofrendas para esperar la visita de las almas de los
FIESTAS
Las principales fiestas están relacionadas con el calendario litúrgico y las conmemoraciones cívicas como el 5 de mayo, 16 de septiembre y 20 de noviembre, que en general incluyen vistosos desfiles. Las festividades de mayor tradición pertenecen al culto católico. La fiesta más importante se celebra el 25 de julio en honor al "Señor Santiago". Casi todas las comunidades del municipio celebran su fiesta titular en medio de prácticas religiosas y profanas que incluyen música, flores, incienso, danzas, ofrendas, velas, portadas florales para los templos, cohetes, globos aerostáticos, fuegos artificiales, procesiones, juegos mecánicos, comercio ambulante y baile de feria.
Jiquipilco el Viejo celebra a Santiago Apóstol el martes siguiente a la fiesta de la cabecera. En San José Las Lomas hay peleas de gallos el 19 de marzo. Otras fiestas importantes son la de Nuestro Padre Jesús (tercer domingo de enero), la Semana Santa, la Santa Cruz, los Fieles Difuntos, la Virgen de Guadalupe, Navidad y Año Nuevo.
MÚSICA
Existen algunas piezas musicales de tradición otomí con riesgo de desaparecer, a saber: Chimarecú, Naki ma Tosho Njú y Rosa María, Chicashti Deni. En otros tiempos durante los casamientos se bailaba el Chimarecú al final de la fiesta para despedir a los compadres.